Uno de los futuros distópicos con los que más se especula sitúa a los robots por encima de los humanos. Las máquinas, al parecer, sustituirán a las personas en muchos aspectos, incluido el laboral, introduce Héctor Farrés en el artículo que esta semana publica en LA VANGUARDIA.
Lo que podría ser ficción puede acabar siendo realidad al menos en parte: un estudio del World Economic Forum apunta al 2025 como el año en habrá un reparto del 50% de tareas entre humanos y robots.
Sin duda, es indiscutible que la tecnología cada vez tiene más peso en nuestras vidas. Tanto, que la inteligencia artificial puede ir adquiriendo conocimientos para dar la información que se le pida o controlar los dispositivos domésticos del hogar para que las personas no tengan que hacerlo.
Llegados a este punto la IA ya es capaz de determinar qué persona es útil y cual no en el trabajo. Así es como la empresa rusa Xsolla, que se dedica a los servicios de pago en videojuegos y ha colaborado con Steam o Twitch, ha aligerado su plantilla.
La tecnología de la empresa ha monitorizado a sus empleados para recoger su actividad en “Jira, Confluence, Gmail, chats, documentos y dashboards” y según los datos obtenidos los ha categorizado como útiles o prescindibles.
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