Enero es el mes de los propósitos. Apuntarte al gimnasio, bajar los kilos que has ganado en navidades, suscribirte a una ONG, apagar el ordenador a las 20:00 y pasar más tiempo con tus hijos… Todos los hacemos. Aunque nunca los cumplamos del todo.
En la empresa ocurre lo mismo. Solo que el mes de los propósitos se adelanta a septiembre. Cuando estás redactando los presupuestos. Ése es el momento clave. Cuando tienes que plantearte qué es lo que vas a priorizar con el dinero asignado.
Y en un año como 2020, posiblemente haya sido de los ejercicios más complicados. No solo porque el año ha sido un desastre económico. Salvo que seas Amazon, vendas bicicletas estáticas o tengas un supermercado, tu negocio se habrá visto afectado por la crisis del COVID. Si estás en sectores como la hostelería o el comercio el impacto ha sido catastrófico.
Pero para hacer bien el ejercicio de previsión es necesario abstraerse del presente, por muy duro que sea. Lo que realmente importa es la expectativa para el año que comienza. ¡Siempre escampa después de la tormenta! El problema viene cuando la incertidumbre es tan alta que no sabes si estamos acabando la segunda ola o si estamos empezando la tercera y nos viene otro confinamiento. Si la vacunación te permitirá abrir en verano o si la inmunidad de grupo la alcanzaremos en diciembre.
Entonces la previsión se convierte en un ejercicio de futurología. Intentar anticipar el futuro sin ninguna certeza.
Como decía mi abuelo: «la única certeza que tenemos. La única. Es que nos vamos a morir»
Sin ponernos tan dramáticos, sí que debemos de sacar algunos aprendizajes de este «annus horribilis»
Primero, que los cambios pueden venir de un día para otro y hay que estar preparados. Ya lo dijo Heráclito hace 2.500 años, «lo único constante es el cambio». Lo hemos sufrido de una manera brutal. Me gustaría haber visto a Heráclito este año.
Segundo, esta pandemia ha acelerado algunas de las tendencias que ya estaban presentes. La más importante de todas, la digitalización. Ningún gurú tecnológico habría podido predecir la transformación que hemos sufrido en estos últimos 9 meses. El teletrabajo del 100% de la plantilla en menos de 3 meses y la videoconferencia como herramienta de trabajo.
Y la consecuencia de la digitalización son los datos. Una nueva fuente de conocimiento de tus procesos y tus clientes. Cuando conoces los detalles sobre cómo funciona tu negocio puedes identificar nuevas oportunidades. Mayor personalización, nuevas formas de ofrecer tu producto, cambios en la forma de prestar tu servicio. Si miras bien. Si te detienes a analizar los datos, surgen propuestas de mejora para tu negocio. Solo hay que saber mirar. Ver dónde tienen los datos un mayor potencial de impacto para tu empresa y desarrollar las herramientas necesarias para monetizarlo.
La famosa pregunta. No es fácil empezar el camino. Ni, sobre todo, anticipar a dónde puede llevarte.
Hay una frase en el Libro I del Señor de los anillos que lo define muy bien: Si eres un frikie de J.R.R. Tolkien y de su mundo mágico como yo, seguro que la conocerás: «es peligroso, Frodo, cruzar tu puerta; pones tu pie en el camino y si no cuidas tus pasos, nunca sabes dónde te pueden llevar»
Un cliente me decía hace unas semanas «nos estamos convirtiendo en una empresa de software». Empezaron sensorizando sus productos hace un par de años y ya están vendiendo servicios asociados a los datos que recopilan.
Y tercero. Hay que aprovechar el tiempo. Para las cosas importantes. Dejar de hacer tareas que no aportan y dedicarnos a lo que realmente genera impacto. Tanto en la empresa como en lo personal. Tenemos un tiempo limitado. Un día estás y otro ya no. ¿Y qué has hecho con tu tiempo? Piénsalo.
Bien.
En DECIDATA también nos hemos puesto un propósito para 2021: Ayudarte a poner los datos al servicio de tu organización. Porque la diferencia está en dejar de ‘gastar en datos’ y empezar a ‘invertir en datos’. Romper inercias e iniciar el proceso con confianza y garantía.
Eliminar tareas repetitivas y centrarte en cómo mejorar tu negocio.
Nos adaptamos a la situación de tu empresa con un acompañamiento global. Visión de largo plazo y una planificación detallada en el corto. Y con el objetivo claro de que el conocimiento acabe en tu organización. Si realmente los datos y la Analítica Avanzada es una prioridad estratégica para tu empresa, tienes que pensar en cómo la vas a incorporar.
Encantados de tener una conversación.
Iñaki Pertusa Socio en DECIDATA